Check-in #15 — Un volumen moderno
Un hotel ha conseguido algo muy difícil: ser moderno durante más de 50 años.
El hotel desde el que te escribo suele estar muy tranquilo a estas horas. Sus días fuertes son los martes, los miércoles y, si hay suerte, los jueves. Es un hotel de negocios. Hoy te quiero hablar de un hotel que lleva más de cincuenta años siendo moderno.
Me parece muy difícil hacer algo que mantenga su actualidad a lo largo del tiempo, que no desentone cuando llega la siguiente moda. Imagino tiene que ver con la sencillez y con no dejarse perder, buscar la esencia y cuidar mucho la intervención. Eso se nota en sus edificios como el mítico Edificio Beatriz (“el VIPS de Ortega y Gasset”) o el edificio Eurobuilding I nada más verlo desde la calle:
Hay un detalle que siempre me fascina y que habla de una época. Está en la nueva entrada del hotel por la calle Alberto Alcocer, nada más entrar a la derecha: es el logotipo del hotel con una e y una b en blanco incrustadas en el hormigón. Es tan exótico hoy en día que la persona encargada de la identidad corporativa y el arquitecto (Eleuterio Población) lleguen siquiera a conocerse, no ya a hacer algo juntos, que sorprende:
Hay detalles tremendamente importantes, como el hecho de que todos los salones tengan luz natural y que sus pasillos sean lo suficientemente amplios como para asegurar buenas circulaciones si tenemos en cuenta que tiene espacios con capacidad para miles de personas:
Cuánta gente habrá pasado por delante y no se ha fijado en él: los asistentes al Santiago Bernabéu, los habituales de Costa Fleming. Es cierto que también el edificio tuvo sus frecuentes: Rafaella Carrá, Jorge Valdano o Carlos Pumares, que más de un día sigue apareciendo para tomarse un café. Sigue siendo el reflejo de una época de Madrid.
Matemáticas. Geometría. Salones con luz. Espacios diáfanos, grandes pasillos para miles de huéspedes al día. La sombra de Van der Rohe es alargada:
Uno tiene la sensación de que todo está pensado, que es imposible seguir quitando impurezas porque la geometría diseñada es ya perfecta y, sobre todo, imperecedera. Habrá que ver cómo contrasta con el futuro:
Nos vemos en el próximo check-in.