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Check-in #3 — Vámonos de puente
Estamos al borde de un puente —recuerda desactivar la alarma— y muchos huyen en busca de paz y tranquilidad. Hoy quiero hablarte de un sitio a donde me encantaría ir en una escapada. Solo me faltan dos pequeños detalles para poder llevarlo a cabo: vivir en Reino Unido y tener carnet de conducir.
Lo confieso: me encantan las escapadas y los puentes. Siento una especial curiosidad también por los hoteles de carretera, sobre todo aquellos que llevan una eternidad en el oficio y consiguen reinventarse una y otra vez para estar ahí, ofreciendo carga de coches eléctricos donde hace años quizá se inspiraba Hopper para sus cuadros. Sitios como el Landa, claro.
Hyatt nació porque un emprendedor (el mismo que pone nombre a los premios Pritzker) vio la oportunidad en los hoteles de carretera cerca de aeropuertos. El primer Marriott de la historia fue un motel. Hay una relación estrecha entre los hoteles y el asfalto. Pero es igualmente cierto que es una categoría de hotel que se ha ido abandonando por otras más rentables y atractivas. Sí, te estoy mirando a ti, W.
Por eso la primera vez que leí sobre el Mollie's en 2019 arqueé un poco una ceja: un neomotel estilo americano en mitad de Inglaterra, concretamente en la carretera entre Oxford y Bristol, a 2 horas de Londres. 79 habitaciones, un diner para 174 personas — estéticamente me recuerda un poco al siempre maravilloso Limbo—y hasta un servicio drive-thru. Por cierto, ha escrito Roger Senserrich esta semana un artículo maravilloso sobre los diners. En definitiva: el Mollie's supone un claro competidor de cadenas británicas como Premier Inn, líderes del segmento económico.
Como decía antes el motel es una categoría bastante poco renovada salvo escasas excepciones: estamos acostumbrados a que si queremos hacer una parada en un viaje en coche tenemos que comer en un sitio descuidado y con habitaciones dignas de los años sesenta. Los creadores del Mollie's han dicho no a todo eso: televisores de 50 pulgadas, sábanas de algodón egipcio y una app de estancia para poder abrir la habitación con el móvil o enviar contenido de Netflix a la TV gracias a la WiFi de alta velocidad. Y todo eso con tarifas a partir de 50 libras por noche.
Les debe ir bien, hasta el punto que hace unos días leía que habían abierto el segundo Mollie's no muy lejos, esta vez en Bristol. Te estarás preguntando quién estará detrás de toda esta inesperada reinvención en un segmento tan abandonado como el de los moteles.
Al frente de este nuevo tipo de motel está alguien que conoces. Una persona de la que te he hablado hace no mucho y no hace falta que te presente: nuestro querido amigo Nick de Soho House. Hay que reconocerle el olfato.
Disfruta del puente, nos vemos en el próximo check-in. Te prometo que ya no va a ir sobre Nick, sino sobre Sofia.