Check-in #8 — Poniendo en valor la historia
Los que trabajamos con marcas sabemos que hay pocas cosas peores que no tener nada que contar. O peor aún, no encontrar nada que contar tras buscar y buscar. Por eso es un pequeño lujo poder hablar desde hoteles con un cierto pasado a sus espaldas. Porque les sobran cosas que contar.
Escribo esta carta desde Granada, una ciudad fascinante. Me encanta porque tiene una personalidad arrolladora, fruto de todos los que han pasado por aquí. Como dice Eric Jiménez, "es la única ciudad del mundo con nombre de bomba".
La Puerta Real era una de las entradas de la antigua muralla exterior de la ciudad; por ella pasó Felipe IV en 1624 y de ahí viene su nombre. Con la evolución de la ciudad se ha convertido en el centro, donde confluyen varias calles principales y se entra a la parte antigua.
Como bien lo saben los que trabajan con hoteles, la ubicación lo es todo. Hace siglos este lugar era la parada de diligencias y tranvías, lo cual siempre hace que a su alrededor floreciesen fondas, tabernas, teatros y cafés de todo tipo, como el Suizo, que sigue al lado. Aunque mi favorito para desayunar sigue siendo el Café Fútbol.
Entre las fondas y posadas que había en la zona se encontraba la sencilla Posada de las Imágenes, cuyas habitaciones se distribuían en torno a un patio. A su lado con el tiempo se edificó un hotel más moderno, el Victoria, que acabó siendo ampliado sobre la fonda a finales del siglo XIX con la afrancesada torre con cúpula que tiene hoy en día haciendo esquina.
Hoy en día el Victoria es el NH Collection Victoria, parte de una marca que ha sabido conservar el nombre histórico de muchos hoteles (como el Suecia en Madrid, el Doelen en Amsterdam o el Porta Rossa en Florencia). Porque ante la tentación de dejar nuestra pisada en el mundo lo más difícil e inteligente suele ser poner en valor todo la maravillosa historia que hay detrás.
Nos vemos en el próximo check-in.