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Check-in #1 — Qué vamos a ver en la próxima visita a un hotel
Llevo un tiempo compartiendo por privado con varias personas noticias sobre el siempre maravilloso mundo de los hoteles. Sobre todo porque me dedico a ello. Creo que ha llegado la hora de estandarizarlo un poco, darle algo de brillo y convertirlo en un boletín al que te puedes suscribir.
Así que, sin más, ésta es la primera edición de 'Check-In'. No tiene frecuencia definida pero es probable que ande en torno a las dos o tres al mes. Me centraré en destacar historias concretas del mundo de los hoteles: pueden ser novedades o puede que ponga el foco en algo del pasado. No espero usar jerga técnica, mi público es cualquier persona a la que le gusten los hoteles y todo lo que hay detrás. Espero que te guste.
Algo cambió en marzo de 2020. Nos vimos de repente en casa, sin saber muy bien qué hacer y con más harina de fuerza de lo habitual. Poco a poco fuimos encontrando algo de luz en el camino y, como en todos los lugares, los hoteles también se han ido reconvirtiendo como todos hemos hecho. El que admita que es la misma persona que en febrero del año pasado miente.
Así que vamos allá con tres ejemplos interesantes que nos ha traído el último año:
No esperes desconectar en la habitación
Se acabaron las llamadas a recepción. Ahora todo se hace desde el móvil, escaneando un QR -al fin ha llegado su momento tras años de angustia- o directamente conectándote a la red inalámbrica del hotel.
Quien más o quien menos ya permite pedir toallas a recepción, encargar algo de cena al servicio de habitaciones o incluso chatear con una persona de recepción en tiempo real. Los más avanzados ya incluyen la llave de la habitación en el móvil, así que será importante salir con el móvil bien cargado.
Habrá -más- gente trabajando desde el hotel
Hay gente que todavía sigue en pantalón de lino -el chándal es muy 2020- y zapatillas trabajando desde casa. Hay otra que trabaja tres en la oficina y dos desde casa. Y también hay otra que los impares trabaja en casa y los pares en la oficina. Mientras nos aclaramos con esto hay gente que se ha ido a trabajar a un hotel.
¿Conoces CitizenM? Son unos hoteles tan maravillosos como prácticos -sus fundadores son holandeses, de dónde si no iba a venir esa practicidad- que destacan por tener unas zonas comunes enormes y muy modernas y unas habitaciones pequeñas pero bastante bien diseñadas. Un modelo de negocio océano azul de libro:
Con la pandemia CitizenM se inventaron el "global passport": una estancia de 30 días a 50€/$ la noche; es decir: 1.500€ al mes con un mínimo de 7 noches y un máximo de 30 en cada ubicación a elegir entre Londres, Copenhague, Paris, Amsterdam, NYC, etc. Hace no mucho han evolucionado el sistema a su "corporate subscription" para empresas: 500€ al mes por 3 noches al mes en cualquier hotel, 3 horas al mes de uso de sala de reuniones y uso gratuito ilimitado de las zonas de trabajo en sus zonas comunes. Práctico, como todo lo que hacen.
Podrás pedir servicio de habitaciones a domicilio
Una de las cosas más fascinantes del mundo de los hoteles es el cambio de percepción que sus restaurantes han tenido en los últimos años. Hasta hace no mucho era habitual pensar que el restaurante del hotel solo era para sus huéspedes, mientras que a día de hoy maravillosos conceptos de restauración dentro de hoteles están inundados de huéspedes y, por qué no también, de personas de la misma ciudad.
Antes de la pandemia ya existían algunos hoteles llegando a acuerdos con servicios como Deliveroo. Pero ahora es al revés: el delivery sale de los hoteles a las casas. En ese contexto hay que entender el nacimiento de GoXO de Dabiz Muñoz, que sigue en constante mutación o la opción de Marriott sirviendo a domicilio su oferta de servicio de habitaciones. Esto no ha hecho más que acelerarlo.
Hasta aquí la primera edición de este boletín. ¿Te ha gustado? Puedes responder a este correo y darme tu opinión. Nos vemos en el próximo check-in.