Check-in #16 — Un Gucci en el Savoy
Hay hoteles que tienen miedo a poner en valor su pasado: creen que es un pasivo pesado e intentan tirar con todo para empezar una nueva etapa. Lo que no saben es que destrozan su principal activo.
Esta es una historia un tanto particular: la de un toscano que con 18 años se va desde Florencia por toda Europa buscando un futuro mejor hasta acabar en Londres. Allí consigue un trabajo de botones nada más y nada menos que en el hotel Savoy, el lugar donde César Ritz y Auguste Escoffier jugaban a revolucionarlo todo: el primero, entre otras cosas, metió los baños dentro de las habitaciones; el segundo inventó el sistema de brigadas y jefes de partida en una cocina que se sigue usando a día de hoy.
Allí el joven se fascina por la alta sociedad que llena sus habitaciones y, sobre todo, por sus equipajes, pues al fin y al cabo su padre era un comerciante de pieles. Le gusta tanto ese mundillo que decide volver a Florencia para vender sillas de montar y alforjas para caballos. Poco después empiezan a llegar los coches al mundo y decide diversificar para crear bolsos, baúles, guantes, zapatos y cinturones. La marca que crea el joven es tan simple como su apellido: Gucci. Toda la historia que vino después ya la conocemos.
Más de 100 años después Gucci vuelve al Savoy para hacer algo interesante: poner en valor su pasado común en una activación que tiene todo el sentido del mundo para un público que sigue buscando un producto y servicio de máxima calidad. De nuevo la coherencia y la consistencia que hacen que una marca tenga sentido.
En primer lugar han lanzado “The Royal Suite by Gucci”, toda una personalización por la marca de moda de la principal suite del hotel y sus nada despreciables 265 metros cuadrados:
Por si fuera poco la marca ha decidido abrir dentro del hotel una tienda efímera llamada “Gucci Valigeria” en la cual se muestra una selección de sus principales productos de viaje, volviendo completamente a su espíritu original:
Muchos pensarán que, por supuesto, esto solo te lo puedes permitir cuando eres Gucci y el Savoy, pero nada más lejos. Toda marca puede llegar a tener su historia, más pequeña o más grande, tan solo hay que saber ponerla en valor y convertirla en un activo, no en un pasivo, ya lo he contado antes aquí.
Nos vemos en el próximo check-in.