Check-in #21 — Un hotel con andén
El lujo tiene caminos insondables en la búsqueda de la exclusividad de algo que nadie tiene. Tener un apartadero de tren propio es de los más excéntricos, sin duda.
Hay muchas maneras de llegar a un hotel, bien lo hemos visto hace dos semanas con Canfranc. Sucede que el recién inaugurado hotel aragonés no es el único al que se puede llegar con un tren.
En Estados Unidos, dónde si no, hay una larga tradición de “vagones de trenes privados” y no es algo de hace un par de siglos: se puede hacer hoy en día en los Amtrak (¡gracias mrheston por el soplo!). Estos vagones tan particulares pueden llegar a estaciones como Grand Central en Nueva York, que fue construida a inicios del siglo XX para reemplazar a una antigua estación y zona de vías en superficie que ocupaban una parte cada vez más interesante de una ciudad en crecimiento.
Estas modificaciones lograron que en los terrenos disponibles tras la reforma de la estación y el soterramiento de las vías se elevasen interesantes edificios: uno de ellos fue el lujoso hotel Waldorf-Astoria, construido entre 1929 y 1931 entre Park Avenue y Lexington Avenue. Por debajo de sus entrañas seguía habiendo una vía de tren circulando y eso hizo encender más de una bombilla.
El hotel consiguió firmar con la New York Central Railroad un contrato de arrendamiento por sesenta y tres años de un espacio para tener un apartadero privado bajo el edificio con conexión directa al hotel mediante un montacargas: así nació el Track 61, un poco la misma idea del apeadero del Palacio Real de Madrid. Un lugar apto para cualquier huésped que viajase en su vagón privado y que solicitase una parada allí en lugar de una estación de tren común:
El apartadero se estrenó en 1938 con una visita del general John J. Pershing a la ciudad. Parece que Franklin D. Roosevelt era un habitual de la entrada secreta para ocultar su habitual uso de la silla de ruedas debido a la polio que había contraído veinte años atrás.
Uno de los últimos usos, cuál si no mejor, fue el de una fiesta: una montada por Andy Warhol en septiembre de 1965. A día de hoy parece que no tiene ningún uso:
El lujo, una vez más, no conoce límites. Nos vemos en el próximo check-in, que será dentro de dos semanas, también en Nueva York.
PD: En Filmin acaban de estrenar ‘Dentro del Chelsea Hotel’. Plan inevitable para este momento tan neoyorkino.